domingo, 25 de enero de 2009

Rutinas III: El baño

Después de desvestirme (ya casi sin ayuda, por cierto), dejo toda la ropa en el lavabo y mamá me mete en el agua. Compruebo la temperatura y si ema mucho, soplo fuerte para que se enfríe. Luego cojo la esponja y me limpio los brazos, los pies, el pechito, la tripa y, por último, el culillo (y digo culillo no por cursilería, sino porque lo mío es culillo y no culo, de lo poca cosa que es). Al final, mientras yo juego, mamá se dedica a darme un repaso... es que no se fía...

Luego, cuando resulta que estoy yo tan feliz jugando, va mamá, quita el tapón y ¡zas!, me quedo sin agua. Me suelo enfadar mucho y vamos, que se me quitan las ganas hasta de mirarla... Al final, después de mucho dialogar, mamá se da cuenta de que es inútil y utiliza la llamada fuerza bruta y claro, como soy una enana, siempre tengo las de perder.

Así que, como estoy enfadada, mamá se dedica a hacer un poco el tonto y a darme muchos besos y... bueno... al final, se me pasa el enfado y nos reímos... si es que es mi mamá...

Bueno, el resultado final no está nada mal, no?

Por cierto, cuando me baña papá es todo más divertido (upps, que no lo lea mamá) porque suele haber maremotos y agua por todas partes...

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