Aunque papá y mamá han estado un poco enfermos (dicen que se lo he pegado yo... serán...), este finde no hemos parado, hemos hecho un montón de cosas.
Sábado: Estuvimos en casa de los primos; fuimos para poner el árbol de Navidad, pero resulta que sólo había árbol, no había luces ni bolas ni nada (problema logístico dicen, yo no entiendo nada), así que no al final no lo pusimos; pero bueno, yo lo pasé fenomenal jugando con Rodrigo y con Laia.
Domingo: Pusimos nuestro árbol de Navidad (esta vez sí) y el belén. La verdad es que menos mal que estaba yo ahí para ayudar, porque si no... ¿quién hubiera colgado a la Virgen, San José y el Niño del árbol?... es que, si no hago yo las cosas en esta casa, no las hace nadie...
Bueno, quedó bien, aunque ya le he dicho a mamá que el año que viene queremos un árbol un poco más frondoso y alguna lucecita, plis; me ha contestado no sé qué de una tal crisis... :/
Luego, por la tarde, cuando me he levantado de la siesta había alguien nuevo en nuestro salón: el tió. Me ha dado un poco de miedo al principio, pero luego papá me ha contado que el tió baja todos los años de las montañas y que hay que darle de comer y abrigarle y cuidarle mucho para que luego me "cague" muchos regalos.Todo esto me lo ha dicho en catalán, ¿tendrá algo que ver?...
Lunes: Hoy hemos ido a pasar el día a casa de Lucía y Gonzalo (uhmm, este chico me encanta, así tan rubito...). Papá decía que nos íbamos de viaje, pero a mí no se me ha hecho tan largo; creo que tampoco viven tan lejos. También han venido Ángel, Elsa y Ana. Lucía había preparado un montón de cosas riquísimas, entre ellas, un arroz que debía estar buenísimo porque no hacían nada más que hablar de él (no sé por qué no me han dejado probarlo).
Buah, lo hemos pasado genial. Ana y yo hemos hecho un montón el bruto, bueno, ella más, está loooooocaaaa!!! es tan divertida... ¿a quién habrá salido?
Vamos que, cuando he llegado a casa, sólo quería cenar y dormir mucho, mucho, mucho...
Por cierto, fue el cumple de Anita, así que ¡Muchas felicidades!!!
