domingo, 18 de enero de 2009

A mi ritmo... poquito a poco

Esta semana he visitado al señor ese que va siempre de blanco y que me pone aparatos en las orejas y una cosa muy fría en la espalda y el pechito mientras me dice que esté calladita y no llore. Mamá dice que este señor es bueno y que me cura cuando estoy malita, pero vamos, a mí como que no me inspira mucha confianza... De todas formas, últimamente me lo paso mejor y ya casi no lloro.
Bueno, pues el otro día fuimos (porque ya tengo 2 años) y ni lloré ni nada, vamos... que ya se nota que me voy haciendo mayor, eh? Como siempre, me dejaron como Dios me trajo al mundo (vamos, que ya les vale, es que ni el pañal me lo respetan...) y el señor en cuestión me cogió, me puso en un sitio, luego en otro, que si ahora te aprieto la tripa, que si ahora te toco la cabeza, que si te tapo un ojo, que si ahora te tapo el otro,... vamos, que trajinó todo lo que pudo y más. A todo esto, mamá tan tranquila, riéndose y todo! Al final, se debieron aburrir y conseguí que me dejaran tranquila y que mamá me vistiera. Cuando ya nos íbamos, mamá preguntó: bueno... ¿y la niña crece o no? y el señor éste de blanco le contestó: uhmm... bueno, ella a su ritmo, poquito a poco...

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