domingo, 11 de enero de 2009

guta mucho

Hace unos días, en plenas fiestas, llegué de la guarde y vi que mi calendario no estaba donde siempre!!! sí, habéis leído bien: mi calendario, ese del que ya os he hablado. Bueno, pues cuál fue mi sorpresa al ver que me lo habían cambiado de sitio y ya no estaba en el armario, nada más entrar en mi cuarto... no, estaba en la pared... ahí... solito (bueno, tampoco tanto, sin dramatizar, está cerca de MI cuadro, el que me pintó la abuela... otro día os hablaré de él). Estuve dos días haciéndole entender a mamá mi desconcierto y pidiéndole que lo colocara en su sitio (mamá, no, ahí no, ahí nooo... aquííí, aquííí...), pero nada, no me hacía caso; así que, cuando ya creía que no había nada que hacer, que había perdido la batalla, un día al volver de la guarde, me encontré con esto...


... ahora ya lo entiendo todo... grachias papá, grachias mamá, guta mucho...
Por cierto, sirve para ver cuánto crezco y cuando sea mayor llegaré al pajarito...

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