Estaba claro: no comí aafalda. Cuando mamá me estaba cambiando después de la siesta me pilló (calcetín manchado de tomate) y al final tuve que confesar: había comido arroz con tomate y manzana (esto sí coincide con el menú); así que nada, ahí está mamá, toda ofuscada porque se ha dado cuenta de que la puedo engañar fácilmente... si es que digo las cosas tan, pero tan convencida y con tanta seguridad que... ¡como para no creerme!...
... por cierto... ¿qué es aafalda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario