En mi guarde cada clase tiene una mascota; la mía es Lola, es una jirafa y este fin de semana me ha tocado llevármela a casa. Os explico: cada viernes uno de la clase se lleva a Lola a casa durante todo el fin de semana y el lunes la devuelve al cole. Junto con Lola nos llevamos un cuento "en blanco" donde tenemos que contar todo lo que hemos hecho el fin de semana y acompañarlo de fotografías y así, el viernes siguiente leemos en clase "nuestra parte" de cuento; de esta manera, al final de curso tendremos un cuento precioso donde nosotros somos los protagonistas (junto con Lola, claro). Pues nada, a mí me tocó este pasado fin de semana y, como os podéis imaginar disfruté como una loca. Llevamos a Lola a la piscina, hice con ella pizza por la noche, dormimos juntas (hasta le presté mi chupete), fuimos al Retiro ¡¡en tren!!!, leímos cuentos,... vamos, que no paramos. Hicimos tantas fotos que mamá se volvió loca para condensar todo en sólo dos hojas (si hacéis clic encima de la foto, lo podréis ver mejor):
Como veis, le quedó precioso (cómo se nota que le encanta hacer este tipo de cosas) y yo disfruté muchísimo mientras se lo enseñaba a mis compis; así que a las dos nos da igual que papá se meta con ella diciéndole que si su único objetivo es humillar al resto de padres de la guarde... pues no, que no queremos humillar a nadie, hombre, pero si a mamá le gusta hacer estas cosas y además se le da bien, ¿qué problema hay en que quede tan bonito?... amos que...
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