sábado, 10 de marzo de 2012

Se acabó...

oo:51 horas... la llamada que llevo días temiendo y que uno nunca quiere recibir... es Joaquín... con voz entrecortada me dice lo que no quiero escuchar: Se acabó... Plaf!!! Bofetada de realidad... Un aluvión de sentimientos encontrados se agolpan en mi pecho: por una parte, siento un enorme alivio, por fin el avi ha dejado de sufrir y descansa en paz; por otra parte, siento una inmensa tristeza y dolor... nos hemos quedado sin un padre, sin un segundo padre y sin un abuelo... Dios mío, ¡Alejandra!... me voy corriendo a mi cama (sí, lo reconozco, duerme conmigo ahora que Joaquín no estaba), la miro cómo duerme... me acerco... la abrazo y le doy mil besos... es lo único que mitiga un poco mi dolor... es increíble cómo una personita como ella te puede proteger de la manera que lo hace sin ni siquiera proponérselo. Ya lo hizo cuando mi querida Olga también se fue para siempre... y eso que todavía no había nacido... ay, la vida, ¡qué cosas tiene!

No hay comentarios: