domingo, 11 de diciembre de 2011

Gracias...



Gracias familia... por hacerme tan feliz... por cuidarme tan bien... por mimarme, por besarme, por abrazarme... por tantas y tantas cosas buenas que he vivido con vosotros...

Sé que he sido el más afortunado de los perros... me he sentido tan querido... Dicen que los perros queremos a nuestros dueños incondicionalmente, aunque nos maltraten o nos abandonen, pero yo he descubierto que este amor ha sido recíproco; al menos, yo lo he sentido así; sé que me habéis querido incondicionalmente y por eso os estaré eternamente agradecido. Creo que, a grandes rasgos, he sido bastante bueno... un poco celosote, escandaloso e infantil, pero bueno en definitiva. Eso sí, reconozco que siempre he hecho un poco lo que me ha dado la gana, para qué vamos a engañarnos... También he sido un poco pupas... bueno, un poco no, muuuy pupas, que me ha pasado de todo, ja... Mil visitas al veterinario, revisiones, análisis y un largo etcétera. Gracias a todos esos cuidados he llegado hasta aquí en un estado envidiable. Pero... los años pasan y el día llega... Sólo siento inmensamente lo tristes que os váis a quedar, lo sé... pero de verdad, podéis estar tranquilos, me habéis dado el mejor final que se le puede dar a quien se va para siempre: tumbadito en mi sofá, rodeado de todos vosotros, abrazado por mi Manuel, con Conchita y Miguel Ángel tratándome con tanto cariño... ¿qué más puedo decir y qué más puedo pedir?... ah, sí... que me faltaba Alejandra... bueno, casi prefiero que me recuerde como cuando nos vimos ayer, jugando, persiguiéndola por toda la casa, comiéndome al Niño Jesús de peluche (creía que era un trozo de pan, ja, ja... tranquilos, que lo escupí pronto), cantando el "Cumpleaños feliz" al abuelo (que sí, que no me he confundido, que yo también cantaba: uau ua uau ua uaaa ua...). También quiero que recuerde nuestro parque (El Parque de Zar) y que la letra Z es la "zeta de Zarito", ¿vale?. Quiero que le digáis que voy a estar genial en el Cielo de los Perros (porque voy a ir allí, eso seguro... ya os dije que he sido un perro muy bueno), todo el día jugando sin parar, comiéndome troncos, corriendo,... y cuidándola siempre, siempre, siempre. Sólo os pido una cosa más: que plantéis un arbolito en el trocito de tierra donde descanso para que Alejandra pueda ver cómo crece y no sienta que me he ido para siempre.

Dadle las gracias a la tía Loli por haberme dejado reposar en La Casita de Chocolate; sé que eso os deja tranquilos: saber que estoy allí... con Earvin y Gala. También al tío Miguel, que siempre os ayuda en esos momentos tan difíciles. Y, por supuesto, a mis veterinarios favoritos, Conchita y Miguel Ángel, que me han permitido irme de esta manera, en casita y rodeado de todos vosotros.

Creo que no me dejo nada. Gracias a todos los que me habéis querido... mil gracias...

para papá Manolo, mamá Araceli, mi adorado Manuel, Rodrigo, Jarkita, Joaquín, Alejandra y María

1 comentario:

Manuel Elvira Monge dijo...

Es muy difícil para mí, en estos momentos, poder expresar claramente lo que siento ....
Las palabras no fluyen porque la emotividad hace que se queden atoradas en el interior del alma .....
Por ahora solo puedo expresar con lágrimas el dolor que se siente al haber vivido un momento tan duro como es la despedida del fiel amigo ....
Solo el consuelo de que haya notado, en ese momento de la definitiva despedida, el calor de las manos que lo acariciaban .... los labios que le besaban .... los brazos que le abrazaban ...... En sus ojos se reflejaba la paz ...... en los nuestros, el dolor
Cierto que estará en el Cielo de los Perros .... amigo más incondicional es difícil encontrar .....
Estás allí y nos dejas tristes aunque la satisfacción de haber podido disfrutar con tu amistad ... con tu cariño ... con tu fidelidad .....
Zar, amigo .... nunca te podremos olvidar ni nunca podremos olvidar lo que hemos aprendido de ti
Seguro que las flores que nazcan y crezcan en tu última morada, con su belleza, reflejarán la belleza de tu ser ..... En ellas, tendremos algo de ti ....
Manuel