miércoles, 1 de septiembre de 2010

Acabé "reventada"

Ayer no paré, para variar. Estuvimos desde por la mañana en casa de Berta, con un plan muy veraniego: piscinuqui, comida hasta reventar y siestecita. Bueno, a decir verdad, yo no comí hasta reventar ni, por supuesto, dormí la siesta; demasiada gente y ambiente animado como para que yo me relaje y me duerma. Pues nada, no paré: no paré en la piscina (con Mamuel dentro del agua, eso es impensable) y no paré durante la siesta, con Mamuel, Berta y Marián tirándome por los aires y trepando por los sillones. Mamá, mientras, intentaba dormir y papá, inteligentemente, había desaparecido con la excusa de que se iba a montar en bici, ja!
Así que nada, después de toda esta actividad y aunque yo lo negaba una y otra vez (nunca admitiré este tipo de cosas...), el cansancio iba haciendo mella en mi cuerpo. Después del baño y la cena, al sofá a tomarme el bibe, que vamos, ya no era ni persona.
Llamé a mamá para que me hiciera mimines (esto siempre lo hago cuando estoy muy cansada o malita; necesito contacto físico para relajarme del todo... es que soy un poco ñoña, ya sabéis...) y mientras me acababa el bibe, me quedé dormida... tan dormida que hasta roncaba y todo, con el bibe en la boca, chupando y con el brazo en alto. Papá y mamá se mondaban de risa.

A los 2 segundos de acabar, me coloqué y a dormir plácidamente...

... con la equipación, por supuesto... que a papá y a mamá no les dio ni tiempo de ponerme el pijama.

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