domingo, 3 de enero de 2010

Como el año pasado

Y es que, después de escribir la carta a los Reyes Magos y de comprender la enooorme importancia de este acto, me pasó lo mismo que el año pasado. Os cuento: Primero escribimos la carta... ardua tarea, no creáis. Esto nos llevó un buen rato y es que mamá, como es lógico, me tenía que ayudar a escribirla (aunque ya les pido a papá y a mamá que me enseñen a leer y escribir, todavía no sé). Yo le dictaba y mamá manejaba como podía mi mano. Bueno, al final creo que les dejé muy claro lo que quería: REGALOS

Después sólo quedaba ir a ver a Sus Majestades y darles la carta... aayy, qué nervios... estaba hecha un flan...

Nos pusimos a la cola. En una mano la carta... en la otra papá... enfrente, ni más ni menos que los Reyes Magos de Oriente... oohhh, ¡qué fueeerte!... estaban ahí,... los tres,... sentados en sus tronos... repartiendo caramelos y besos... ¡qué nervios!!!!... ¡¡El Rey Baltasar me espera!!!!
Bueno, pues como os iba contando, al final me pasó lo mismo que el año pasado: ¡¡¡QUÉ MIEDO!!!


Papá, coge tú los caramelos, dale la carta al tío ese y vámonos corriendo...
Menos mal que Rodrigo y Laia sí se atrevieron y así no dejamos por los suelos la reputación de la familia, que si no...

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