Qué mejor forma de volver que felicitando a la tía Maicamen. Cumple taiiitantos, como diría ella, pero como está tan estupenda, aparenta diez menos (o quince... que si no se nos mosquea, ji). Maicamen, tenemos que celebrarlo por todo lo alto, que este año hay muchas cosas por las que alegrarnos, ¿eh? ;D
Desde aquí también aprovecho para darle las gracias por esas visitas casi furtivas al hospital para ver a mamá a altas horas de la noche; y digo furtivas porque casi entraba a hurtadillas saltándose los férreos controles de acceso de La Paz o engañando "un poquito", por no decir "un muchito", al vigilante de turno, al cual yo creo que le hacía hasta llorar de las historias que le contaba y la pena que le daba (seguro que era como cuando mamá le lloraba al portero de la discoteca de moda de turno jurándole y perjurándole que tenía 16...). Y es que Maicamen sólo podía ir por la noche a ver a mamá y, aunque cuando entraba aún había vida en el hospi, cuando salía ya estaban todas las luces apagadas y todos los ancianitos dormidos (es que me ha dicho mamá que la media de edad de la 1ª planta de Cardiología de La Paz era de unos 70 años, así que imaginaros el panorama). Bueno, el caso es que le hacía una compañía estupenda, que es lo importante.
Por todo esto y mucho más, muchas gracias y esperamos que pases un día estupendo y lo celebres bien, bien, requetebien (sabemos que lo harás, que nadie abrillanta y pasa la mopa al parqué el día de su cumple sin tener una buena razón para hacerlo, ja!).
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